El Trastorno del Espectro Autista (TEA) se caracteriza por ser un grupo de afecciones caracterizadas por algún grado de alteración del comportamiento social, la comunicación y el lenguaje, y por un repertorio de intereses y actividades restringido, estereotipado y repetitivo. Es considerado uno de los mayores trastornos del neurodesarrollo diagnosticado en la infancia, es de origen neurobiológico y prenatal, y su diagnóstico se realiza en la etapa de Atención Temprana.